La base de la belleza es la salud, y el principio de la salud es la higiene. Con lo cual, una piel limpia es una piel sana y por lo tanto bonita.
Lo más importante que debes saber si estás pensando en exfoliar tu piel es que es un acto muy beneficioso pero delicado para tu piel.
Es muy beneficioso porque limpia la piel de todas las impurezas, la deja perfectamente tersa, suave unificada y llena de luz. Pero además, renueva las células, activa la micro-circulación, regula la piel grasa, elimina la sequedad de tu piel y preparada para la piel para absorber las cremas de una manera mejor.
Por el contrario, se debe tener en cuenta que es un acto que altera bastante la piel, por lo que también, es un acto que se tiene que llevar a cabo con delicadeza.
Si no se respetan todas las pautas que hay que seguir, puede causar el efecto contrario al que estamos buscando mediante la exfoliación.
Las pautas que debes seguir son las siguientes:
Primero detectar qué tipo de piel es la tuya. Hay personas que tienen la piel; normal, seca, mixta, grasa, sensible...
Una vez que hayas identificado tu tipo de piel busca un exfoliante acorde a tus necesidades. Cada cutis tiene unas necesidades específicas. Puedes buscar tu exfoliante ideal en el supermercado, en una farmacia, en una tienda de cosmética o lo puedes elaborar de forma natural en tu propia casa.
El exfoliante debe estar acorde con tu piel; por ejemplo; si tienes la piel con granitos, es conveniente que utilices un exfoliante con el granulado muy fino para no explotar los granos y que no quede después la marca. En el caso de la piel acneica no se debe abusar del uso del exfoliante.
Si tu piel es normal puedes usar un exfoliante normal dos o tres veces por semana. En cambio si tu piel es grasa puedes incluir el exfoliante en tu rutina de belleza diaria, de esta forma mantendrás a raya el sebo y el sudor que produce tu tipo de piel.
Si lo que quieres es tener un exfoliante a medida de tus necesidades, puedes elaborar un exfoliante casero; sólo necesitas una base cremosa, (yogurt, aceite, miel... ) con la que poder mezclar el grano que conforma el exfoliante (sal, azúcar, bicarbonato de sodio…). Es de elaboración rápida, fácil y económica.
Los exfoliantes más recomendables si tu tipo de piel es seca, grasa o sensible:
- Para pieles secas: necesitan alimentos ricos en nutrientes y humectantes para retirar la polución. Receta: 4 cucharadas de aceite de oliva + 1 cucharada de azúcar.
- Para pieles grasas: 4 cucharadas de yogurt natural + medio jugo de limón + ½ cucharada de azúcar.
- Para pieles sensibles: ½ yogurt natural + 3 fresas machacadas.
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Los mejores exfoliantes naturales para la piel
- Arcilla verde: Depurativa, regeneradora y cicatrizante, además absorbe las sustancias químicas. Mézclalo con aceite vegetal.
- Harina de avena: Suaviza y desinfecta las pieles sensibles.
- Sal de Himalaya/marina: recomendable para las pieles grasas, resistentes o maduras. Es un exfoliante grueso pero muy eficaz. Mezcla el polvo con un poco de agua, y no lo uses los días de sol, para que no provoque irritación en el cutis.
- Semillas de amapola: Contiene ácido graso y es excelente para la piel. No es recomendable para pieles sensibles ya que es un exfoliante fuerte. Mézclalo con aceite vegetal.
- Plátano + azúcar: Este exfoliante deja un resultado suave y bonito en la piel.
- Azúcar + aceite: 4 cucharadas de azúcar + dos cucharadas de aceite de oliva.
- Coco + azúcar: Media taza de aceite de coco + media taza de azúcar.
- Menta + azúcar: Es un exfoliante para los labios, zona de la que no nos podemos olvidar. Unos labios resecos no favorecen a pesar de que el cutis esté en perfecto estado. Vas a necesitar; media cucharada de azúcar, media cucharada de aceite de oliva, tres gotas de aceite de menta.
Todos estos exfoliantes naturales son excelentes para tu rostro.
Aplica tu exfoliante suavemente con movimientos circulares y después aclara con abundante agua tibia.
Puedes hacer mucha cantidad de cada una de estas recetas de belleza, guardarlas en un frasco hermético y darle uso cada vez que creas necesario.
Lo ideal es exfoliar la piel una vez por semana, para conseguir una piel en perfectas condiciones.
La exfoliación consiste en ayudar al proceso natural de descamación de la piel que se produce en la parte más superficial de la dermis.
Este proceso, sucede cada 28 días aproximadamente, pero en la mayoría de los casos siempre suelen quedar restos de células muertas sobre el rostro. Aquí, es donde tiene la función el exfoliante, que ayuda a desprendernos de los restos de la descamación, que han quedado sobre la piel.
Por mucho que utilices desmaquillante en tu rutina de belleza de noche, para quitar la polución que se ha acumulado durante el día, el sudor, la grasa, y el maquillaje, no es suficiente para limpiar la obstrucción de los poros. No es un peeling, es algo mucho más cotidiano, pero no por ello menos importante.
No cometas errores tales como; exfoliar sin humedecer, exfoliar demasiado, exfoliar con demasiada frecuencia, exfoliar y no hidratar. Utilizar el producto equivocado, exfoliante casero mal hecho, exfoliar sobre la piel irritada, exfoliar y seguir con otros tratamientos de belleza.
Lo más esencial: Sigue estos consejos de cómo exfoliar tu piel de forma correcta, tendrás un cutis jovial, libre de impurezas, brillante, saludable y bello.
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Para que la exfoliación tenga un buen resultado, es que después de exfoliar, siempre es necesario hidratar la piel. Ya que, si no se hidrata correctamente la piel, ésta se irritará, y la irritación es el principal causante del acné.
Por lo que tienes que entender, el exfoliante, es un paso más de la rutina de cuidado facial, pero no se deben de dejar de lado los demás pasos.
Todo esto combinado con una buena alimentación y salud física y mental te llevará a alcanzar una piel de porcelana.
